Rutas a Caballo

De media jornada, 1 jornada, varios días…

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Organizamos rutas y excursiones a caballo

por toda España

RUTAS A CABALLO

eXCURSIONES cualquier DÍA de la semana

RUTA DE 2 HORAS

Recomendado principiantes

Precio 40€

RUTA DE 1/2 JORNADA

Para aficionados a la equitación

Precio 55€

RUTA DE 1 JORNADA

Aficionados que practican de forma habitual

Precio 110€

De fin de semana, o de varios días, rutas nocturnas de luna llena …

Preparamos rutas a medida para grupos que nos lo soliciten, eligiendo recorrido, alojamientos por la zona…

 

Algunas de las rutas largas realizadas

OFERTAS

alojamiento con excursión a caballo
CUALQUIER DÍA DE LA SEMANA

Excepto en puentes

Pack "2x1 a caballo"

2 noches + 1 ruta

Pack "2x2 a caballo"

2 noches + 2 rutas

Pack "3x3 a caballo"

3 noches + 3 rutas (GRUPOS)

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Testimonios

Montar en libertad

Javier L. Reboredo

  

El camino

180 kilómetros, 2 horas desde Madrid, un plazo corto en espacio y tiempo para llegar a un lugar mágico y especial: GREDOS. Sin duda un paraje único geográfica y humanamente hablando. Poco tiempo y pocos kilómetros para acceder al Paraíso. En mi caso, practico este ritual purificador desde hace 20 años. Fidelidad placentera.

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El lugar

Gredos muestra un paisaje único y virgen, enclavado en el centro de la Península Ibérica. Altas montañas, glaciares, grandes formaciones de granito, bosques poblados con árboles centenarios, ríos cristalinos, desfiladeros pronunciados, cañadas y prados, son el marco donde habita una fauna salvaje importante: cabras hispánicas, lobos, jabalíes, águilas, ardillas y una numerosa cabaña ganadera de vacas autóctonas, caballos, ovejas…

Este paisaje imprime en sus gentes un carácter fuerte pero amable. Personas sencillas y auténticas con un pasado repleto de historia.

Pero vayamos a nuestro destino común. Rafael González, nativo de estas altas tierras, tras un breve paso profesional por la estresante urbe y dando, a temprana edad, por finalizado su mundanal periplo, vuelve a sus orígenes y decide hacer lo que más le gusta, ligado a su gran pasión; montar una empresa de Turismo Ecuestre. A lo largo de todos estos años, muchos han sido los aficionados que han disfrutado en su compañía y en la de sus caballos.

Los caballos

Ellos son los protagonistas de primera importancia. Rafa ha domado personalmente a cada una de sus monturas, preparándolas sobre el terreno, consiguiendo sin duda, una variada selección. Caballos de pura raza o cruzados, recorren con igual facilidad los difíciles caminos de Gredos. Árabes con carta, hispano-árabes, apaloosas, anglo-hispanos y serranos, han sido entrenados para soportar la dureza del terreno. Algunos de ellos han sido campeones en los durísimos raids en los que han participado. Montar sobre estos caballos, significa para el jinete, experimentado o no, una extraña combinación: Placer y seguridad que van de la mano. Son caballos fuertes, ágiles, con carácter pero dúctiles, resistentes y sobre todo, cercanos.

Los paseos

Varias son las modalidades, los recorridos y los tiempos de las rutas. Tranquilos paseos de dos horas por los caminos más sencillos en los bosques cercanos a Hoyos del Espino. Paseos de media jornada donde se recorren distancias considerables, atravesando prados, montañas, valles ríos, puentes romanos, pinares umbríos; cabalgando por cañadas de ganado, por caminos comunales, cruzando y conociendo pequeños pueblos serraos, con descansos reparadores en típicas tabernas.

Paseos de un día de duración donde el disfrute de la naturaleza a lo largo de toda la jornada, es un acto absoluto de regreso a nuestros orígenes. Las comidas campestres, cocinadas, por cierto por el propio Rafa (profesional de la restauración, su otra profesión), fantásticas paellas hechas con leña o deliciosas carnes avileñas a la teja en lugares hermosísimos, reconfortan y ayudan a recuperar las fuerzas empleadas.

Fundamental es destacar lo diferentes que son entre sí estas rutas, no sólo por el número de posibilidades que ofrece Gredos a Caballo, sino por sus transformaciones a lo largo de las estaciones. El clima de Gredos y su situación geográfica, hacen que éstas sean muy marcadas y por tanto, aporte una notable diversidad de paisajes. Pero en cualquier época del año se puede montar a caballo y siempre es un placer absoluto. Se puede cabalgar sobre la nieve virgen en invierno, siguiendo las huellas de las cabras hispánicas y muchas veces avistándolas, o seguir el curso de los ríos y ver pequeños grupos de jabalíes con sus crías, seguir el vuelo de los milanos reales bajo la explosión de las flores de piorno en primavera, o disfrutar de una increíble y mullida otoñada bajo los cascos de los caballos.

La excepcionalidad geográfica, la riqueza faunística, la variedad de las estaciones, la bonanza gastronómica, la amabilidad de la gente, favorecen las condiciones generales para hacer atractiva la equitación, pero sin duda existe una característica que hace que montar a caballo con Rafa y sus caballos, sea un hecho excepcional: la filosofía.

La filosofía

Creo haber tenido la suerte de montar a caballo en muchos sitios, en varios países, en muchos paisajes… De algunos lugares conservo imborrables recuerdos, pero en Gredos y con Rafa, la sensación es especial. Es sin duda, a causa de la peculiar filosofía de Gredos a Caballo: MONTAR EN LIBERTAD, es el concepto que resumiría esta experiencia. Alguien que controla desde el principio y minuciosamente cada una de las necesidades y aptitudes de monturas y jinetes. Alguien que quiere y conoce a la perfección el medio en el que trabaja, explorador de todas sus rutas, alguien que respeta escrupulosamente el paisaje y las costumbres de sus habitantes. Pero sobretodo que integra al viajero en el ecosistema. La conversación cosmopolita, los fundamentales encuentros en las paradas gastronómicas, la explicación y observancia de las costumbres, convierten en un absoluto placer este modo de montar, de descubrir la condición humana a lomos de un animal tan importante y tan ligado al hombre. Recorrer un camino de la Sierra de Gredos con Rafa es aprender a interpretarlo, a respetarlo y a disfrutarlo. Al paso, al trote o al puro galope, uno, además de libre, se siente seguro y en paz con el medio.

Las Gentes

Muchas son las personas con las que he montado en Gredos. Famosos y anónimos, expertos jinetes u hombres y mujeres que se subían por primera vez a un caballo. Al final de la jornada, pese a las caras de cansancio, la satisfacción era evidente. He montado con fieles que vienen desde Inglaterra, Holanda o Portugal; desde Málaga, Valencia o Mallorca y el sentimiento colectivo funciona. Siempre reina el optimismo y la integración en el paisaje.

Las Grandes rutas

Una de las pasiones más encendidas de Rafa es la defensa y recuperación de los caminos tradicionales. En nuestro país existen más de 25.000 Km. de este tipo de caminos. Son infinitamente bellos y cargados de vivencias y de memoria histórica. Gredos a Caballo organiza minuciosamente cada una de estas rutas. La medida de los tramos, la elección de los caminos rurales, el rigor de las verdades rutas, la selección de alojamientos, consiguen hacer estas rutas altamente atractivas. Internarse en ellas es iniciarse en el espíritu de la aventura; la aventura como jinete y como viajero, como ser humano en contacto con una de sus mejores aliados a lo largo de la historia: el caballo. Rutas como las grandes vías pecuarias de la mesta, los caminos históricos, las calzadas romanas, han sido recorridos por Rafa, sus caballos y sus clientes, que siempre se han convertido en amigos.

Cabalgar, cabalgar, cabalgar de día, de noche, de día….

del poema de Rainer María Rilke

Beatriz Bergamín

Madrugar es un placer cuando sabes que te espera al abrir las ventanas el aire limpísimo de Hoyos del Espino, la vista de las montañas sublimes del circo de Gredos, un buen desayuno con pan de pueblo o magdalenas recién hechas y, como no, los caballos preparados, cepillados, descansados, a la espera de un día completo de paseo.

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Huele a tierra mojada, es otoño, pero también hemos estado aquí en toda la plenitud del verano, cuando el sol estallaba en las cumbres y elegimos un camino boscoso donde los pinos nos resguardasen del calor y se mezclaba el sudor equino con la resina y era un verdadero placer que al atravesar los ríos el agua chisporroteara refrescándonos cara y piernas.

Y en primavera, cuando la sierra despertaba del letargo oliendo a piornos, inundada de colores nuevos, de verde casi virgen, de árboles frutales blancos y rosados posados milagrosamente en todas las laderas de la montaña.

O en inverno, cuando abrigados con cuero y lanas nos tapábamos la boca y las orejas para disfrutar salvajemente de la nieve borrándolo todo, dando al paisaje un aspecto imposible de tan hermoso, cuando la risa y el gozo nos calentaban al entrar en caminos donde las manos y patas de nuestros caballos se sumergían en nieve purísima de pisadas, hasta las rodillas e incluso hasta el pecho. Ahora, en el centro anaranjado de un otoño húmedo y espléndido, vamos a cabalgar acompañados de árboles plateados y con el agua de los ríos revolviéndose en remolinos turbulentos, persiguiendo el trote de las cabalgaduras.

Así que una vez bien desayunados, subimos hasta la cuadra de Rafa, que distribuye las monturas con fija inteligencia para que todos, dependiendo de su menor o mayor manejo del arte de la equitación, podamos disfrutar por igual. Todos los caballos son diferentes, los hay fogosos, tranquilos, rápidos, seguros, atrevidos, suaves o cautos; caballos cruzados y sobretodo árabes, de todas las edades y alzadas, que conocen al dedillo la sierra y sus caminos y nos conducen por ellos con la segundad de expertos aventureros, al paso, al trote, al galope, respetando siempre nuestro ritmo, nuestro tempo, nuestros deseos, nuestro atrevimiento o nuestro miedo, que a veces también lo hay y no hay que negarlo…. Bayron, Zyma, Pampero, Califa, Zisco, Celta, Hechicera, Alamín, Escarlata….

Todos caballos y yeguas, entrenados desde muy jóvenes por el maestro Rafa para que hagan disfrutar a los jinetes, sea cual sea su experiencia, porque lo importante es sentir la cabalgadura y el paisaje, con libertad y seguridad, no hay que demostrar nada, sólo hay que ser feliz y eso, a lomos de un caballo, es francamente fácil.

Caminos de tierra, praderas verdes como tapices pintados, montañas escarpadas, bosques cerrados, ríos y riachuelos serpenteantes… hasta que en un pueblo la excursión se detiene para dar a al gaznate un refrigerio y con los caballos esperándonos a la puerta del bar como si a otro tiempo nos trasladara el aire, tomamos vinos y queso del lugar, o patatas revolconas, o jamoncito.. que nos calientan cuerpo y alma para seguir el camino.

GALOPAR, GALOPAR… Como dice el poema de Rilke para volver a la cuadra de Rafa después de horas que han pasado al trote retozón, o al plácido paso, en la contemplación del paisaje y la conversación amena, o en excitante galope, con el viento ciñendo nuestro cuerpo aferrado con total confianza a ese animal amigo y hermosísimo que, al final del paseo, conocemos más y mejor y para siempre.

Gredos a Caballo y  Hotel Rural Cuarto de Milla

Hoyos del Espino (Ávila) – España

920 34 90 85 – 645 387 927

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